jueves, 5 de abril de 2007

Anhelos en espiral

Conozco a una mujer de cabellos ensortijados (en su tierra les dicen churcos) e ideas afiladas, dulces y brillantes , delgada y firme como esas tallas de bailarinas en ebano que hacen en Cuba, cuando la veo caminar con su rostro como una proa su cabello desatando fuego y nubes en espiral, sus caderas de tormenta, siento en mi estomago y mi pecho una angustia de vértigo y un enjambre de chispas en mi sangre. La amo como se ama lo que se teme, como se ama lo que no se tiene y se anhela, la tengo como perdiendola, me lleva a pasear, ella como como un terremoto ofídico, con su mirada dulce de las alegrias aniversarias, yo sobre ella esquivando insectos mientras navego corrientes, el pabilo que nos une aferrado a su mano, Yo-Papagayo , sus pies aferrados a la tierra hiriendo y curando a la vez, mi amor siempre a punto de caerle encima, como un aguacero o un jarrón, su amor dibujando más cielo para mi vuelo, feliz, y ese extraño pabilo que nos une y nos amenaza...

1 comentario:

Malena dijo...

Sobre el montón de flores nocturnas que mi amado hizo salir de una guitarra, mi amigo soltó sus anhelos que, en espiral, atravesaron el espacio inolvidablemente. ...Fue así como esa noche presencié un Amor inmenso que casi nunca se revela.